Cuando se trata del cambio de pañales, hay que aplicar el sentido común. Tu objetivo debe ser mantener a tu bebé lo más seco y cómodo que puedas.
Antes de comenzar a cambiar el pañal, reúne todo lo que necesites: Un pañal limpio, una toalla suave y un recipiente pequeño con agua tibia o una toallita húmeda.
Primero, sácale el pañal sucio. Si el pañal sólo está mojado, puedes limpiar al bebé y ponerle uno nuevo de inmediato.
Cuando tu bebé comience a crecer, es probable que esté mucho más inquieto durante este delicado proceso. Es recomendable mantener algunos juguetes cerca del lugar donde usualmente cambias el pañal, para que tu bebé se entretenga.
¿Cómo evitar sarpullido u hongos?
- Cambia los pañales con frecuencia.
- Usa pañales desechables.
- Aplica una capa delgada de crema con óxido de zinc o vaselina, a modo de protección adicional contra la humedad.
- Deja que el bebé ande sin pañal por un rato, todos los días. El aire ayuda a que la piel se mantenga seca y a su bebé le va a encantar esa libertad momentánea.
Otras sugerencias:
- En las niñas es fundamental que el aseo sea de adelante hacia atrás.
- Recuerda nunca dejar a tu bebé solo en la superficie donde lo cambias. Incluso los recién nacidos pueden darse vuelta y caer.
- Usa un jabón suave solamente cuando sea necesario; todos los jabones hacen que el bebé pierda importantes aceites naturales de la piel.
- Evita utilizar talco para bebés, porque no ayuda ni a prevenir ni a aliviar la dermatitis del área del pañal y puede ser dañino si tu bebé lo inhala.