¡Niño al agua!
Mente y cuerpo del niño se benefician al entrar en contacto con el agua y llevar a cabo una actividad que le permita relajarse, divertirse y sentirse seguro dentro del agua.
Durante los primeros años, el objetivo es permitir que el bebé disfrute de las nuevas sensaciones que le provoca el agua. Aprenderá a flotar, para luego iniciar el aprendizaje de las técnicas básicas de la natación. No es hasta los tres años de edad que los niños adquieren la coordinación muscular para desplazarse solo de un lado a otro.
Los recién nacidos están dotados de una variedad de reflejos que hacen posible el progresivo desarrollo de una conducta adaptada al medio en que se desenvuelvan; los bebés menores de un año se adaptan al medio acuático más fácilmente que los mayores, lo que evita que le tengan miedo al agua en el futuro.
Pero por sobre todo, la principal finalidad de esta actividad se centra en reforzar el vínculo de amor y confianza entre los papás y el bebé, haciendo que ambos compartan una experiencia original, única e irrepetible, fortaleciendo la relación afectiva y cognitiva entre bebé-mamá-papá.
En el tema de la salud, la natación fortalece el sistema cardiovascular y colabora en el desarrollo de los músculos y los huesos, ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio. En lo psicológico, descubren la maravillosa sensación de independencia y seguridad y además, se crean situaciones de juego, dentro de un ámbito lúdico y recreativo.
Edad del niño y sus horarios
Siempre debes consultar a tu pediatra, quien te entregará los mejores consejos y recomendaciones de acuerdo a las características de tu bebé. En general, recomiendan esperar hasta 3-4 meses de vida, para llevar al bebé a la piscina.
Puedes empezar las clases cuando realmente te sientas segura/o, pero deberás de tener en cuenta que a partir de los 8 o 9 meses el bebé perderá algunos reflejos innatos muy importantes que sin duda serán muy útiles.
La elección del horario, como otras muchas cosas, lo elegirá el propio bebé. Deberá ser a una hora en la que no tendrá que dormir ni comer. Esto es importante para que las sesiones de natación no perturben el ritmo diario habitual.
Requisitos que debe de cumplir la piscina:
- La temperatura del agua deberá estar a aprox 32 grados centígrados.
- El agua no debe tener más de 0,6% de cloro.
- La piscina y zona de los vestuarios deberá estar climatizada y cumplir las normas higiénicas.
Te recomendamos evitar los horarios de máxima afluencia, principalmente por el ruido. No dejes nunca a tu bebé solo cerca del agua. Aunque los programas de natación para bebés pueden enseñarle a moverse en ella, tu bebé es demasiado pequeño para ser consciente del peligro que ello tiene.
Articulos relacionados